Mary Shelley escribió una de las obras más importantes del siglo XX, Frankenstein o el moderno Prometeo, que inspiró a cientos de películas y series sobre este mítico personaje. Sin embargo, su figura ha sido infravalorada y poco reconocida.
Frankenstein vive en el imaginario de toda la sociedad. Decenas de películas, series o referencias rodean a este personaje que se instaló en la cultura popular. Y cómo no, si al escuchar Frankenstein, se nos viene enseguida la imagen de un hombre -o monstruo- verdoso, con tornillos que le rodean el cuello, tan alto y desalineado como un sujeto tenebroso puede ser. Sin embargo, lo más curioso de esto, es que poco sabemos de quién lo creó.
Un 30 de agosto nació Mary Godwin en Londres. Su madre, Mary Wollstencraft, reconocida feminista que luchó por los derechos de la mujer, falleció a los días de parirla a causa de una septicemia. Este trágico suceso en su biografía hizo que Godwin nunca cortara del todo el cordón umbilical que la unía a su madre. Ambas se abocaron a la literatura a lo largo de su vida.
Entre libros y la memoria de su madre, Mary desarrolló una pasión por la escritura -y los diarios de vida- como también, un gran sentido de justicia y libertad por las mujeres. Su padre, William Godwin, periodista y novelista, la crió además con ideas liberales y radicales.
Se casó con Percy Shelley, poeta radical. He ahí el nombre por el que más la reconocen: Mary Shelley. Esta relación le trajo buenos pero también muy dramáticos momentos a su vida. No sólo se involucró con alguien que estaba casado y tenía un hijo, sino que escapó con él. “Ensuciando” su reputación y desatando la rabia de su padre.
De todas formas, las vivencias de Mary y los sucesos trágicos que fueron ocurriendo en su vida como la muerte de su primera hija, hicieron que escribiera la obra de Frankenstein. Como una pesadilla, apareció esta criatura en sus sueños y jamás se fue de su cabeza.
“Vi, con los ojos cerrados pero con una nítida imagen mental, al pálido estudiante de artes impías, de rodillas junto al objeto que había armado. Vi al horrible fantasma de un hombre extendido y que luego, tras la obra de algún motor poderoso, éste cobraba vida, y se ponía de pie con un movimiento tenso y poco natural”.
Su obra obtuvo un gran recibimiento. Si bien, tuvo que enfrentar los rumores de que Frankenstein estaba hecha por su marido y no por ella, logró posicionarse dentro del ámbito literario.
Sin embargo, como le suele suceder a las mujeres dentro de esta industria, a pesar de la publicación de sus novelas y escritos, quedó recordada como la esposa de Percy Shelley y la autora de Frankenstein.
No fue hasta que historiadoras como Betty Bennet, rescató desde la oscuridad del anonimato, el recuerdo de Mary, publicando sus cartas y afirmando el talento literario que existía en sus obras.
Mary veneró la figura de su madre toda la vida y luchó contra los prejuicios que debían enfrentarse las mujeres de aquélla época. Sin lugar a dudas, es una de las escritoras más importantes del siglo XX.
¿Te interesó la vida de esta escritora? Te recomendamos leer Frankenstein o el moderno Prometeo como también ver la película Mary Shelley de Haifaa al-Mansour y protagonizada por Elle Fanning. No te arrepentirás.
Está disponible en Netflix.