*Fotografía principal Arindambanerjee/Shutterstock.com
“Marie tenía 14 años (…) cuando se involucró con Miguel, un soldado brasileño que trabajaba en Haití como miembro de las fuerzas de paz de la ONU. Cuando ella le dijo que estaba embarazada de su bebé, Miguel le dijo que la ayudaría con el niño. Pero en lugar de eso, regresó a Brasil”, es parte de los testimonios incluidos en la investigación de The Conversation que da cuenta que más de 2.000 mujeres en Haití, en su mayoría menores de edad, sufrieron violaciones y abusos sexuales por parte de fuerzas de la paz de las Naciones Unidas.
La Misión de Estabilización de las Naciones Unidas en Haití (MINUSTAH) que se llevó a cabo entre 2004 hasta 2017, tenía el propósito de asistir a las instituciones locales haitianas en un contexto de inestabilidad política y crimen organizado, como también, de catástrofes meteorológicas que se veía sucumbido el país.
A pesar de ello, de acuerdo a este mismo reportaje, militares y otros funcionarios de las delegaciones de Naciones Unidas encargados de restablecer la paz en la zona se habrían aprovechado de la situación de vulnerabilidad del país, abusando y violando sexualmente a mujeres, dentro de ellas, niñas de once años, de las cuáles un gran porcentaje resultaron embarazadas, quedando en una situación de completo abandono.
En el gráfico de este informe, se indica el origen del personal de la ONU implicados en los embarazos (productos de violación y/o explotación sexual) de mujeres en Haití”, Chile se encuentra en el cuarto lugar. Mientras que países como Uruguay y Brasil, se mantienen en primer y segundo lugar.
La investigación realizada por dos mujeres, Sabina Lee y Susan Bartels, contiene testimonios de personas que observaban como los soldados dejaban 500 gourdes (moneda oficial de Haití y que equivale a 4 mil pesos chilenos) en las manos de mujeres luego de abusar de ellas y dejarlas embarazadas. Como también, éstas mujeres recibían comida a cambio de tener relaciones sexuales con miembros de la MINUSTAH.
Naciones Unidas ha admitido que existen situaciones de abusos y explotación sexual, por lo que esta entidad “sigue comprometida a ayudar a las denunciantes y víctimas a recibir el apoyo que necesitan para que se haga justicia”, dijo una portavoz de las operaciones de paz del organismo internacional.