La Conferencia Mundial de la Coalición contra el Tráfico de Personas declaró que el 23 de septiembre es el día internacional contra la trata y la explotación sexual. Entendiendo la trata de personas como la acción de captar, transportar, trasladar, acoger o recibir personas, recurriendo a la amenaza o al uso de la fuerza u otras formas de coacción, con fines de explotación (esta puede ser sexual o trabajo forzado).
Según el último Informe Global de Trata de Personas en 2018 de la Oficina contra la Droga y el Delito de Naciones Unidad (UNODC), existen cada vez más víctimas y traficantes de personas en los últimos años. Siendo América Latina y Asia, continentes con más aumento de víctimas detectadas.
Las cifras presentadas en este informe, indican que de 2.949 víctimas traficadas, un 51% son mujeres adultas y un 31% niñas. Donde la mayoría de estas mujeres son captadas con fines de explotación sexual.
La mayoría de las víctimas de #tratadepersona son objeto de trata con fines de explotación sexual y trabajo forzado.
🔆 Prevención
🔆 Protección de las víctimas
🔆 Juicio para los traficantes de personas
es 🔑 para erradicar el trabajo forzoso y #EndHumanTrafficking #SDG8 pic.twitter.com/8d4QtxCVMb— UNODC en español (@unodcesp) August 21, 2019
La trata de personas genera al menos 36.000 millones de dólares según cifras entregadas por el Foro de Viena, posicionandolo como el tercer negocio ilícito más lucrativo del mundo. Lo que genera que más de 2 millones de personas son víctimas de trata humana cada año.
En el caso de Latinoamérica, las mujeres que son explotadas sexualmente provienen de países como Venezuela, República Dominicana, Paraguay, Bolivia, Ecuador, entre otros. Donde la gran mayoría, se trata de mujeres de bajos recursos y en situación de desamparo.
La Fiscalía española advirtió que la trata con fines de explotación sexual en aquél país, se trata principalmente de migrantes latinas, que se enfrentan a abortos forzados, palizas, violaciones grupales, secuestros, hambre, hijos o esposos que obligan a las mujeres de sus familias a prostituirse.
Debido a la globalización y las crisis económicas, estas mujeres abandonan sus países natales para dirigirse a otros países en busca de trabajo y mejores oportunidades como condiciones de vida. No obstante, caen en manos de proxenetas y mafias, donde son explotadas sexualmente.
Si bien, se piensa que la trata con fines de explotación sexual es el secuestro de mujeres, la realidad es que muchas mujeres son contactadas por proxenetas para trabajar en distintos oficios, asegurandoles estabilidad económica. Sin embargo, una vez que ya atraviesan fronteras o cientos de kilómetros y llegan a la ciudad de destino, se dan cuenta de que todo era una mentira.
Tanto el abolicionismo -que propone fin a la prostitución y explotación sexual de personas- y el regulacionismo -que cree que es un trabajo legítimo que debe ser regulado- tienen distintas visiones sobre cómo enfrentar la prostitución, ambas posturas se declaran contra la trata de personas.
A pesar de esto, el modelo regulacionista, como lo sería Alemania, no ha podido combatir la trata de personas. Incluso, las cifras cada año, van en aumento. En cambio, Suecia, que se caracteriza por tener una política abolicionista, ha combatido de mejor forma la trata.
De este modo, es que el feminismo se encuentra dividido entre las abolicionistas y las regulacionistas. Pese a que estas últimas afirmen que la trata de personas y la prostitución no son lo mismo, para Sonia Sánchez, abolicionista y sobreviviente a la prostitución, afirmó para Radio JGM que la trata y la prostitución se complementan entre si.
Existe la trata de personas con fines de explotación sexual porque existe la prostitución. Sin prostitución, no hubiera trata de personas. Lo que ha hecho la trata con fines de explotación sexual ha sido globalizar la prostitución. Nada más que eso.
Es por esto, que el abolicionismo, busca acabar con el comercio sexual y penalizar a los hombres que acceden a pagar por sexo, ayudando a las mujeres psicológicamente como económicamente. Mientras que el regulacionismo postula que la prostitución es un trabajo legítimo como cualquier otro y que debiése ser controlado por el Estado.
Existe un sólo hecho y es que a pesar de que estas diferencias son irreconciliables entre ambos sectores, lo cierto, es que no se puede negar ni tapar la cruda realidad: mujeres y niñas todos los días son explotadas y utilizadas como mercancías por hombres.